domingo, 27 de septiembre de 2015

Adiós... o hasta luego

Por falta de tiempo, me temo que he tenido abandonado este blog un tiempo y que no voy a poder retomarlo por el momento.
Al ritmo que van las cosas, creo que no podría dedicarle el tiempo necesario, así que, sintiéndolo mucho, dejo temporalmente el blog. 
Espero poder retomarlo pronto, pero no creo que sea posible. 
Os echaré de menos,

Felicity.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Bengalas.



Todo brilla. Es fluorescente. Como tú.
Menos tú.
Se iluminan las calles.
De mentiras.
De soledad.
De plastilina moldeable pintada de color rojo y música a 20 kilómetros por suspiros.
De charcos de juguetes rotos y de notas en otro compás. En el compás equivocado.
De notas. O de copas (vacías).
De juegos de niños y de adultos. De niños que quieren ser adultos o de adultos que darían tres vidas por ser niños.
De alas y tijeras y ya no sabes quien. 
De ti y de mí, bailando por las esquinas, esquivando las sonrisas y creyendo que no nos queremos. Mientras, huimos de las luces, no vaya a ser que nos vayan a revelar. O rebelar. ¿Quien sabe?
A lo mejor no estamos tan hechos de pesadillas como creemos y solo son sueños amargos. A lo mejor no necesitamos atrapasueños, sino atrapaamores. 
Y entre lima de uñas y purpurina, seguimos bailando. Danzando. Corriendo mar abajo y no calle. Porque ya no existen las calles. Solo el mar rompiéndose contra las rocas y chocando en su propia cárcel.

Reseña de Peter y Wendy

Título: Peter pan y Wendy
Autor: J.M. Barrie.
Sinopsis: "Peter Pan y Wendy es la fascinante aventura de un niño que no quería crecer, y la de Wendy, la niña que después creció, de cómo viajaron con la celosa hada Campanilla al paraiso de la fantasía, de cómo conocieron a los niños perdidos a quienes Wendy contaba historias todas las noches, y de cómo se enfrentaron a los terrible s piratas y al rencoroso capitán Garfio."
Género: Infantil.
Número de páginas: 216.
Opinión personal:
Awwwww, realmente me ha encantado. Creo que es más un libro de adultos que de niños. Está repleto de metáforas sobre la vida, la infancia, el amor y la muerte. He subrayado medio libro y creo que me he quedado corta.
Creo que todos sabemos ya la historia, así que el resumen es innecesario.
Es un libro lleno de aventuras y fantasía. Predomina el diálogo, aunque hay también largos monólogos del narrador, que es una de mis piezas favoritas. Y es que el narrador parece un personaje más del que no llegamos a saber nada. Se dirige a nosotros y da su opinión en muchos puntos de la historia.

“¿Cuál de estas aventuras deberemos escoger? La mejor manera será echarlo a suertes.
Lo he echado a suertes y ha ganado la laguna. Eso casi hace que uno pensara que ojalá el barranco, o el pastel o la hoja de Tini hubieran ganado. Claro está que podría repetirlo y hacerlo al mejor de tres; sin embargo, quizá sea más justo atenerse a la laguna”

Muchas partes me han entristecido porque no esperaba encontrarme con cosas tan crueles en este libro. Por ejemplo, la clara referencia a pasar hambre, contada cómicamente (como todo en la novela).

“Nunca sabías si iba a haber una comida de verdad o una imaginaria, todo dependía del capricho de Peter: podía llegar a comer, comer de verdad, si ello formaba parte de un juego, pero no atiborrarte solo para sentirte atiborrado, que es lo que a la mayoría de los niños les gusta más que nada; lo segundo mejor es hablar de ello. Imaginárselo era tan real para él que, durante una comida así, podías verlo hincharse. Por supuesto que era laborioso, pero solo tenías que seguir su ejemplo y si podías demostrarle que te estabas quedando pequeño para tu árbol, te dejaba atiborrarte”

“Esos topos estúpidos no han tenido el sentido común de fijarse en que no les hace falta una puerta por cabeza. Eso demuestra que no tienen madre. Dejaremos el pastel en la orilla de la laguna de las sirenas. Estos chicos siempre están nadando por allí y jugando con las sirenas. Encontrarán el pastel y se lo zamparán porque al no tener madre, no saben lo peligroso que es comer pasteles dulzones cuando están humedos”

Había otras partes que me hicieron reflexionar sobre el ser humano y lo estúpidos que podemos llegar a ser.

John y Michael echaban carreras (volando) , en las que Michael empezaba con ventaja. Recordaban con desprecio que no hacía tanto se habían considerado unos tipos estupendos solo por ser capaces de volar por una habitación.”

Para mí es algo muy real, representa como en el momento en el que conseguimos un poco de libertad, todo lo que antes habíamos hecho pensando que la teníamos, parece una chorrada; que cuando pruebas la tarta más rica del mundo, te das cuenta de que todas las habías pensado que eran deliciosas no eran para tanto. Es una metáfora de la verdadera amplitud que tiene el universo y lo poco conscientes que somos de ello. No sé si me explico.

Y a este fragmento hacía referencia mi último relato:

“-¿Peter, podemos ir?-exclamaron todos, suplicantes. Daban por hecho que si iban, él también iría, pero lo cierto era que apenas les preocupaba. Así es como los niños están siempre listos, cuando la novedad llama a la puerta, para abandonar a sus seres más queridos.”

Estoy muy de acuerdo, ya que realmente creo que, cuando somos niños, somos muy egoístas: Pensamos solo en nosotros mismos y creemos que nunca tenemos la culpa de nada.

Me reí mucho con el sentido del humor 'peculiar' del autor.

“Escuchad pues- dijo Wendy, que se dispuso para su cuento, con Michael a los pies y los siete chicos en la cama. -Había una vez un caballero...
-Yo hubiera preferido que hubiese sido una dama- dijo Rizos.
-Ojalá hubiese sido una rata blanca- dijo Señoría.
-Silencio- les reprendió su madre-. Había también una dama y...
-Anda, mamaíta- exclamó el primer gemelo-, ¿a que quieres decir que también hay una dama? ¿A que no está muerta?
-Pues no.
-Estoy la mar de contento de que no esté muerta- dijo Pancho-. ¿Tú estás contento, John?
-Claro que sí.
-¿Tú te alegras, Señoría?
-Y tanto.
-¿Vosotros os alegráis, Gemelos?
-Nos alegramos.
-Madre mía- suspiró Wendy.”

Y eso es todo, siento que la reseña se haya retrasado un poco.