martes, 28 de julio de 2015

No existe vida si no existes tú


Hay más verdad en los sueños de lo que creemos habitualmente. Se presentan como fantasmas inconexos a los que no podrías identificar. Sin embargo, les conoces. Son tus fantasmas. Los que callas durante el día o los que nunca aprendieron a tener la boca cerrada.
El otro dia soñé contigo y no lo supe. Pero desde entonces te echo un poquito más de menos y un poquito menos de más.
Pensé que eras el tiburón de dientes afilados que dormía junto a mí, el vendedor de gominolas de aquella fiesta inventada o el álbum de recuerdos que solo contenía fotos.
Ahora me estoy dando cuenta de que eres todos ellos y a la vez ninguno. Me estoy dando cuenta también de que quizás no fuiste aire, ni tierra, ni fuego ni agua, pero estoy segura de que eras parte de la naturaleza y que la mía era amarte.
La próxima vez que te vea en un sueño te preguntaré cuántos inviernos tienen que pasar hasta que seas primavera. O cuántos monstruos en mis sueños tienes que ser antes de volverte real.
Si algo tengo claro es que esta noche voy a vivir entre tus aletas o a morir eternamente. Porque no existe vida si no existes tú.